miércoles, 21 de enero de 2009

UN BESO

Este cuento comienza igual que muchos cuentos que la gente platica y seguirán platicando y escribiendo. Hace mucho tiempo había una muchacha muy hermosa, tierna, con una linda sonrisa y unos ojos que mostraban soledad, tristeza y la necesidad de algo…

Jamás lo dio a conocer y la gente no se daba cuenta. Un día, caminando por una calle donde se encontraban vendedores de todo tipo, se acercó un señor de aspecto sucio, viejo, un olor no muy agradable, una sonrisa que dejaba ver un color amarillo en los pocos dientes que te tenía. Se acercó a la mujer y le pidió una moneda para comprar algo de comer. Ella metió la mano al bolso, sacó un billete que tenía y se lo dio, diciendo: - es todo lo que tengo, espero le ayude en algo. Quedándose ella sin dinero para gastar. El viejo con un voz rasposa, agradeció diciéndole: - es usted tan linda, amable, lástima que no abra su corazón, no tenga miedo al amor. Pronto recibirás algo mágico. Se volteó y marchó arrastrando sus pies al caminar a un paso lento.
Ella siguió su rutina, sin hacer caso a lo que le dijo el viejo.
Sus días se volvieron monótonos, diario era lo mismo, terminaba cansada, y cada vez más era sonrisa fingida la que notaba.
Tenía mil pretendientes, pero a ninguno le hacía caso, no volteaba a ver a ninguno, puesto que decía que a ella no la lastimarían, que ella no sufriría por el amor. Tenía un miedo impresionante.
Saliendo de su casa, para hacer unos mandados, se topó de frente con un muchacho común y corriente, no era lo más hermoso del mundo, pero había algo que le llamaba la atención.
El la saludó con una sonrisa y ésta contestó con la misma, de ahí llegó un amable hola y el inicio de una plática, el muchacho poco a poco empezó a enamorarse de ella, pero tenía miedo de decírselo, un día armado de valor fue a buscarla, cuando la tuvo enfrente le dijo su sentir. Ella con lágrimas en los ojos le dijo: - No sé, tengo miedo, es mejor que te vayas y no me vuelvas a buscar. Él intentó hablarle pero ella volteó y se fue.
A los pocos días tocaron a la puerta y era el viejito que una vez le pidió ayuda. Hola señorita vengo a traerle el billete que me dio una vez. –déjeselo contestó, el viejo agradeció con la cabeza, y le dijo gracias, oiga niña está muy linda usted, tiene miedo a sufrir por el amor y no se da cuenta que estás sufriendo realmente al no querer dejarlo entrar, vaya y busque a ese hombre que la ama, regálese la oportunidad de volver a sonreír. Ella soltó el llanto y salió a buscar al hombre del cual estaba enamorada, lo encontró y lo besó sin decir nada, el correspondió el beso y ahí sintieron una magia, notaron el porqué eran tan especiales los besos de los cuentos, el porqué transformaban todo un mundo con el simple chocar de unos labios. Ahí conocieron su amor.

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